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Una cortesía podría ayudar en estos tiempos

  • Writer: MUSAS UDF
    MUSAS UDF
  • Aug 8, 2019
  • 2 min read

El manual de urbanidad y buenas maneras.




El diplomático, músico y pedagogo Manuel Antonio del Rosario Carreño Muñoz, aún es reconocido por su obra escrita en el año de 1853, su creación es identificada como el “Manual de Carreño” por su popularidad tras varias generaciones y por los temas dirigidos a las personas de aquella época, enfocados a establecer la forma correcta de interrelacionarse con Dios, los padres, la patria, los semejantes y con nosotros mismos, lo qué le daría fama hasta el día de hoy.


Su fruto se expandió a muchos lugares de Latinoamérica, en México aún se cuentan y consideran muchos de los temas que han sido enseñados por las bisabuelas que fueron educadas bajo estas normas y las conservaron dejándolas como un legado para quienes las ejecutan en pleno siglo XXI por la apropiación de los valores que se miraron como parte de una buena educación. Palabras que llaman la atención son: gentileza, cortesía, respeto, ordinario, vulgar, señorita, señora o caballero entre otras que poco a poco son sustituidas por otras.


Seguramente la vocación de Carreño como pedagogo fue lo que le condujo al deseo por crear el manual y compartirlo con los demás ciudadanos de Caracas, Venezuela; un acceso a un método formativo de valores, cultura, religión y de la política de la época, algunos asuntos son también el aseo, el cómo conducirse al interior o fuera de la casa y socialmente, la forma correcta para llevarse a cabo las presentaciones personales y no ofender a nadie, materia para las visitas y reuniones de festividad, banquetes, duelos y entierros; normas de comportamiento en la mesa; además de otros deberes que tienen que ver con los roles sociales, familiares, enfermos y en la relación alumno y Maestro, y más.


A 166 años de distancia los venezolanos y mexicanos han cambiado su manera de pensar pues en el tiempo en que fue creado el manual existía mucho analfabetismo y diferencias sociales, y quienes podían acceder a esta normatividad eran las personas que pertenecían a la clase social alfabetizada y que ya se encontraba asediada por los medios impresos masivos de comunicación; sin embargo, este saber se transmitía en una jerarquía social descendente, pues esclavos, servidumbres, campesinos adoptaban el saber cómo una institución para el saludo, las ocupaciones y los roles.


La urbanidad y las buenas maneras nunca estarán de más, y para que pudieran encajar en esta época solo será cuestión de conocerlas y reconsiderarlas, para adecuarlas a la época con el propósito de una civilidad que tanta falta hace en este siglo y tratar de ser mejores personas; y si por ahí, estimada lectora se lo encuentra al visitar una librería, biblioteca o internet no dude en leer sus líneas que le remontarán a una época de carruajes y sombreros, para más tarde comunicarlo al interior de la familia, la casa, la sociedad, los amigos y al interior del lugar donde se desarrolla laboralmente.



Por: Claudia C. Soto Rubio


Referencias:

Carreño, M. (1853). Manual de urbanidad y buenas maneras. México: Nueva imagen.

 
 
 

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